La Educación Pública Primaria, Secundaria y Técnica: sus problemas actuales
Tenemos la convicción de que la educación pública de nivel primario, secundario y técnico no cumple con los objetivos que el país se merece.
Analicemos algunos de los síntomas que nos permiten inferir de la existencia real de este problema. Las tasas de deserción y repetición son elevadas en Primaria, en especial en contextos socio-económicos críticos, y en primer año de escuela: es así que según los datos oficiales brindados por ANEP en su página web, en el año 2006, el 16,5% de los niños que cursaron 1er año de escuela, en Escuelas Públicas del país, repitieron.
Pero en las instituciones públicas de educación media, en el año 2006, las tasas de repetición y deserción, alcanzaron cifras mucho más preocupantes: el 23,9% repitió, y el 5% desertó, entre los adolescentes de 15 años (cifras publicadas en la página web de ANEP). Las elevadas tasas de deserción y repetición en las instituciones de educación media (Ciclo Básico obligatorio: de 1er año a 3er año de Secundaria y de CETP/UTU), se agravan en el quintil de la población de ingresos más bajos. En efecto, el 97,9% de los niños de 12 años del quintil más bajo, se inscriben a principio de año para concurrir a una institución educativa (casi todos), pero, al llegar a los 15 años, sólo se inscriben para asistir el 72,2%, hemos perdido uno de cada cuatro ya en el momento de la inscripción. Pero esto es más grave, de los inscriptos, el 23,9% repite, y el 5% abandona en Secundaria, y en el CETP/UTU esto es peor, por lo cual no llegan a cuatro de cada diez, los adolescentes de 15 años del quintil más bajo, que cursa con cierta normalidad los primeros años del Ciclo Básico, que es obligatorio.
Las instituciones públicas de enseñanza para niños y adolescentes, no están alcanzado tampoco sus objetivos. En primer lugar, no logran retener a sus alumnos, de allí la elevada tasa de deserción en el tramo de edad de 12 a 15 años. Y dentro de los que logran retener, un gran porcentaje de ellos, repite el año, lo que significa, o que la propuesta educativa no es ajustada a las expectativas de los padres y alumnos, por lo que no logra motivarlos, o la propuesta educativa no es adecuada a las características de un gran porcentaje de los alumnos a los que va destinada, o la forma en que se ofrece la propuesta didáctica no es la correcta.
Es evidente que la educación pública primaria y media, tiene problemas de calidad; y ha dejado de ser un instrumento válido para la integración social de todos sus ciudadanos. A la inadecuación de la oferta educativa por su contenido, se le agrega la baja calidad en la forma en que se brinda. Ha descendido el nivel promedio general de capacitación de maestros y profesores, y también la dedicación que prestan a su labor docente.
Esto puede ser consecuencia de que el proceso por el cual los futuros docentes seleccionan su carrera, no se realiza ya en un alto porcentaje en base a la vocación, sino como “descarte”, por ser una carrera o de menos años de estudio o con menores dificultades académicas o por la ubicación accesible de los locales físicos de las instituciones que brindan dicha capacitación.
A esto debe sumarse que en muchos casos, jóvenes de muy buen nivel cultural e intelectual, desalentados por magros sueldos, o por dificultades operativas crecientes en el ejercicio de la profesión, como el ambiente hostil y falto de seguridad en que debe desempeñarse el docente, opten por otras carreras profesionales, a pesar de su vocación docente.
Se pierden muchos de los más aptos, desde el punto de vista intelectual y cultural; se ganan para la docencia muchos que no desean esforzarse demasiado, por lo cual, un porcentaje importante del cuerpo docente, no posee la “excelencia” necesaria para brindar un servicio educativo de calidad, ni en la preparación académica, ni en la aptitud y dedicación para la docencia.
La escuela primaria, el liceo, la escuela técnica, no son ya agentes eficaces de integración social, han sufrido una pérdida de valores educativos que no le permiten formar ciudadanos capaces de convivir pacíficamente, y en un ambiente social de respeto. Un indicador de que lo expuesto es así, es la situación de violencia que se ha vivido en el liceo de La Teja, que ha sido de pública notoriedad hace tan sólo 15 días.
La institución educativa está fallando en la formación del ciudadano, pero además, tampoco está logrando dotar al niño de hoy, de las herramientas y conocimientos que necesitará el hombre y la mujer del mañana, para integrarse en un mundo globalizado. No los prepara para la globalización, y el mundo tecnológico del futuro, su currículo sólo tiene un barniz de actualidad. Lo mejor que tenía el Uruguay, era su gente, como se ha dicho. En especial tenía educación que formaba un hombre flexible, adaptable a nuevas exigencias, pronto a salvar nuevos obstáculos. Todo se está perdiendo por el descenso en el nivel de sus docentes. Debemos defender y profundizar esa capacidad educativa. Pero, además, hay que considerar que el mundo ha cambiado. Hoy no alcanza con eso. Es necesario dominar el inglés, lengua internacional, lengua de la informática y de las tecnologías del futuro. Pero no sólo es necesario saber algo de inglés. Nuestros jóvenes deben ser bilingües. La escuela pública no debe enseñar inglés, debe ser bilingüe. A esto debe sumarse la informática, no la enseñanza de la informática, sino el dominio total.
Las escuelas de Tiempo Completo eran una buena idea, si efectivamente ese mayor tiempo era tiempo educativo, pero lamentablemente tienden actualmente a convertirse en una “guardería” de niños pobres y de niños marginados. Otro problema actual es que los maestros han sido ganados por un pesimismo generalizado, donde sienten que no están preparados para la tarea a desempeñar y que no cuentan con las herramientas necesarias.
A su vez los padres y los alumnos de la escuela primaria y de la enseñanza secundaria, sienten que la educación que recibirán no les servirá para ascender ni socialmente, ni económicamente, y lo que es peor, sienten que tampoco les servirá desde el punto de vista cultural. Las expectativas sobre el resultado, respecto al fruto del esfuerzo educativo en instituciones públicas, son magras o casi inexistentes, por parte de los destinatarios.
Un técnico afín al actual gobierno expresó hace unos meses: “la escuela pública actual se ha convertido en una escuela de pobres, para pobres”. Del análisis de esta aseveración surge, que por la falta de calidad de su oferta educativa, así como por la poca adecuación de ésta a las expectativas y necesidades sentidas por padres y alumnos, la escuela pública ha perdido la diversidad social y cultural de sus alumnos, ha sufrido un proceso de segmentación educativa, y con ello, ha perdido la capacidad de integración social, porque actualmente, a ella, ya casi sólo concurren, los niños de estratos socio-económicos bajos: “los pobres”; la clase media se ha ido de la escuela pública a instituciones privadas, en busca de calidad, formación en valores, educación integral, y seguridad.
Ya no contribuye a la integración social, y lo que es peor ha comenzado a colaborar en la fragmentación social: por su falta de diversidad social, por su ausencia de alumnos de otros sectores sociales, por brindarles a los niños de los estratos sociales bajos (pobres) que ya presentan carencias en sus capitales, una educación de baja calidad, que no les compensa su carencia, sino que la amplía. La baja calidad de la oferta educativa pública, y la inadecuación de ésta, cierra aún más la escasa apertura de la educación como canal de movilidad social. Pero el problema de la educación no se resuelve modificando la forma de designación de sus autoridades, o creando más de 100 cargos de confianza como propone el Proyecto de Ley de Educación realizado por el actual gobierno.
Propuestas para la acción.
Nuestra propuesta no desea permanecer en la mera crítica, sino que desea aportar ideas en busca de soluciones.
Todo modelo educativo a desarrollar o reformar, debe tener como marco de referencia, el ideal de hombre que se desea formar o desarrollar. Deseamos formar hombres y mujeres de “pensamiento y acción”, que piensen en forma reflexiva y con independencia de criterio, no en base a “slogans”, formados en valores que los capaciten para la vida en sociedad, ciudadanos respetuosos del que piensa diferente, en fin, respetuosos del “otro”, que desarrollen “una mente sana en un cuerpo sano”; pero que cuenten, además, con herramientas intelectuales para adaptarse no sólo a la sociedad uruguaya, sino al mundo del futuro, no que apenas conozcan, que dominen la informática y el inglés, pero que sobre todo estén dotados de una actitud positiva, optimista y emprendedora, que les permita pasar del pensamiento a la acción, y mirar al futuro con la expectativa de su conquista.
En ese sentido, proponemos:
Reestructurar la institución educativa para que vuelva a ser un instrumento válido de integración social y cultural, donde los valores de respeto y solidaridad sean los puntales del quehacer educativo. Una institución de puertas abiertas no sólo a los alumnos, sino a los padres, a los vecinos, a los ex -alumnos, en fin, a la comunidad; y no sólo de 8 a 17 horas, sino que vuelva a ser, la biblioteca, el club deportivo, la sala de cine y teatro, el centro social y cultural, el centro de prevención de la salud, coordinando estas acciones con otros organismos del Estado. Varios modelos exitosos de escuelas públicas en el mundo integran a los padres, al barrio, a los hijos y a la seguridad. Sólo así han venido obteniendo respuestas inimaginables. Podría pensarse en algo así.
Recrear la vieja escuela vareliana, donde ricos y pobres, religiosos y ateos, se sentaban juntos en el mismo banco, atrayendo nuevamente a las instituciones públicas a los hijos de sectores sociales medios y altos, para lo que es imprescindible una oferta educativa de calidad, en un clima de respeto. Si la oferta educativa es mediocre, las clases medias sacan recursos donde no existen y envían a sus hijos a escuelas privadas. Quebrar esta lógica es el desafío a asumir.
3. Combatir la deserción y repetición liceal, así como la violencia actual que hay en las instituciones educativas, mediante una atención integral, no sólo educativa, sino que atienda además, otros aspectos sociales como la alimentación, la educación en valores, la recreación, la sociabilidad. En este sentido, proponemos: a) extender el servicio de alimentación que se brinda actualmente hasta 6to año de escuela, hasta 3er año del Ciclo Básico de Educación Secundaria, en las zonas que lo necesiten, b) desarrollar en todas las instituciones educativas una educación integral, donde la educación física y el deporte ocupen un lugar preponderante, en forma diaria, cotidiana. c) trabajar el tema de la violencia, la seguridad y el respeto, ya sea la violencia familiar, o la que se desarrolla en los locales educativos, mediante el apoyo de equipos interdisciplinarios de técnicos radicados en los locales educativos, situados en zonas de riesgo social, y con el apoyo interinstitucional, en coordinación con otros organismos del Estado, así como otros actores sociales como las ONG.
Atraer a los ciudadanos mejor capacitados a la carrera docente, para lo que es necesario mejorar sensiblemente sus remuneraciones y dotarlos de herramientas para operar con la actual realidad social, mediante la inclusión en los currículos de cursos que capaciten en temas tales como la violencia, la drogadicción, el género, la formación en valores, etc.
Desarrollar una propuesta curricular de educación integral real, mediante la incorporación de educación física, deportes, y expresión (en todas sus manifestaciones), en forma diaria, en escuelas primarias, liceos y escuelas técnicas. En la medida de lo posible, la educación física deberá estar a cargo de profesores titulados de educación física, y de no ser posible, a cargo de maestros especializados, para lo que se creará una especialización docente en educación física y artística. La educación física deberá pasar a ser una realidad diaria, con la promoción del ideal griego: “Mente sana en un cuerpo sano”. Esta propuesta tiene como objetivo no sólo convertir en una realidad la educación integral, sino favorecer el desarrollo de un cuerpo sano que propicie la salud también mental y espiritual, y que entre otras acciones combata la soledad y el suicidio adolescente, la adicción a las drogas, al tabaco, al alcohol, al sedentarismo, a la obesidad, a la ciber-adicción, ayude a combatir la violencia, y promueva la integración social, en un ámbito donde el origen económico del alumno será un factor neutro. Se coordinará acciones con Salud Pública, Educación Física y demás organismos públicos involucrados. A fin de llevar a cabo la anterior propuesta se deberá dotar de gimnasios cerrados o espacios multiusos (que permitan su utilización como gimnasio) a todos los locales que aún no cuentan con ellos, en forma progresiva.
Se propone, además, en esta dirección crear: escuelas primarias de Tiempo Educativo Extendido, y Atención Integral. Obsérvese que no se expresa Escuelas de Tiempo completo, sino de Tiempo Educativo Extendido, queriendo diferenciar la mera permanencia en la escuela, con una oferta educativa más completa y brindada en un horario mayor. Las escuelas que se incorporen a este proyecto, estarán abiertas a los padres y alumnos entre las 7 y 30 y las 20 horas. Pero el currículo oficial se prestará entre las 9 de la mañana y las 17 horas. En horario central se enseñará el currículo obligatorio, tradicional, al que se adicionará: informática, inglés, educación física y expresión artística, y en horario periférico (antes de la hora oficial obligatoria de entrada, y luego de la hora de salida oficial), la escuela ofrecerá en forma opcional para los padres que así lo elijan para sus hijos, servicios de deberes vigilados, y actividades deportivas y artísticas.
Escuelas, Liceos y Escuelas Técnicas “trilingues”. El Uruguay necesita insertarse en el mundo pero en condiciones ventajosas, para eso es imprescindible que todos los uruguayos dominen las dos formas internacionales de comunicación en el mundo actual: informática e inglés. Estas dos formas de comunicarse deben comenzar a enseñarse en la escuela, pero no como algo accesorio o complementario, sino con el énfasis necesario para convertir a nuestros niños y jóvenes en “trilingues”: castellano (idioma español), inglés e informática (si bien “stricto sensu” la informática no es un lenguaje). Pero para eso es indispensable la formación urgente de más docentes de informática y de inglés, así como ampliar las aulas de informática a todas las escuelas, y ampliar el horario de los servicios educativos.
Escuelas Integradoras. Las escuelas y liceos deberán favorecer la integración social para lo cual: a) deberán recibir alumnos de distintos barrios, b) a fin de usufructuar la oferta locativa que hay desaprovechada en locales céntricos, se ofrecerá transporte escolar gratuito desde barrios cercanos que no posean capacidad locativa ociosa, de manera de integrar alumnos de diferentes barrios, c) los locales nuevos que se construyan se harán en la frontera entre los distintos barrios y de ninguna manera se construirán locales educativos “interiores” a determinadas comunidades, procurando combatir la endogamia socio-cultural de sectores sociales con necesidades básicas insatisfechas.
Crear instituciones educativas seguras. Las instituciones educativas deben ser un lugar seguro, donde los padres y jóvenes no sólo sientan seguridad y tranquilidad, sino que, además, se sientan en un ambiente acogedor, un segundo hogar. Lo que está sucediendo en Liceos de La Teja, Nuevo París, Cerro, no puede repetirse, y los derechos de los alumnos que concurren a estudiar y no a desarrollar conductas marginales, deben ser protegidos. Para esto los docentes enfatizarán la educación en valores; además se establecerán equipos multidisciplinarios en esas zonas críticas, para que trabajen en el tema, y se ajustará el marco normativo y de cooperación con otros organismos del Estado, como el INAU, el Poder Judicial, etc.
Jerarquizar la carrera docente mediante la educación permanente de los docentes, continuando el proceso de creación de una Universidad Pedagógica, y la realización de postgrados: Maestrías, Doctorados, Especializaciones, y actualizaciones, etc. La capacitación de los docentes se premiará con diferencias en la remuneración, a mayor capacitación formal y sistemática adquirida, el docente recibirá una remuneración mayor, para estimular de esa manera el esfuerzo del docente y premiar el mismo. De esta forma se establecerá el viejo principio “artiguista” del mérito.
Incorporar en los planes educativos, que la educación intelectual deberá enfatizar tres áreas (sin desmerecer las demás): la capacidad de reflexión y adaptación a nuevas circunstancias, el dominio del inglés, de manera que sean bilingües, y el dominio de la informática. A esto se debe agregar, para desarrollar un hombre pleno, una educación en valores, que forme un ciudadano respetuoso, íntegro, solidario, optimista, emprendedor y orgulloso de ser uruguayo, y recogiendo el principio educativo de la educación integral, una educación física y artística.
Tenemos la convicción de que la educación pública de nivel primario, secundario y técnico no cumple con los objetivos que el país se merece.
Analicemos algunos de los síntomas que nos permiten inferir de la existencia real de este problema. Las tasas de deserción y repetición son elevadas en Primaria, en especial en contextos socio-económicos críticos, y en primer año de escuela: es así que según los datos oficiales brindados por ANEP en su página web, en el año 2006, el 16,5% de los niños que cursaron 1er año de escuela, en Escuelas Públicas del país, repitieron.
Pero en las instituciones públicas de educación media, en el año 2006, las tasas de repetición y deserción, alcanzaron cifras mucho más preocupantes: el 23,9% repitió, y el 5% desertó, entre los adolescentes de 15 años (cifras publicadas en la página web de ANEP). Las elevadas tasas de deserción y repetición en las instituciones de educación media (Ciclo Básico obligatorio: de 1er año a 3er año de Secundaria y de CETP/UTU), se agravan en el quintil de la población de ingresos más bajos. En efecto, el 97,9% de los niños de 12 años del quintil más bajo, se inscriben a principio de año para concurrir a una institución educativa (casi todos), pero, al llegar a los 15 años, sólo se inscriben para asistir el 72,2%, hemos perdido uno de cada cuatro ya en el momento de la inscripción. Pero esto es más grave, de los inscriptos, el 23,9% repite, y el 5% abandona en Secundaria, y en el CETP/UTU esto es peor, por lo cual no llegan a cuatro de cada diez, los adolescentes de 15 años del quintil más bajo, que cursa con cierta normalidad los primeros años del Ciclo Básico, que es obligatorio.
Las instituciones públicas de enseñanza para niños y adolescentes, no están alcanzado tampoco sus objetivos. En primer lugar, no logran retener a sus alumnos, de allí la elevada tasa de deserción en el tramo de edad de 12 a 15 años. Y dentro de los que logran retener, un gran porcentaje de ellos, repite el año, lo que significa, o que la propuesta educativa no es ajustada a las expectativas de los padres y alumnos, por lo que no logra motivarlos, o la propuesta educativa no es adecuada a las características de un gran porcentaje de los alumnos a los que va destinada, o la forma en que se ofrece la propuesta didáctica no es la correcta.
Es evidente que la educación pública primaria y media, tiene problemas de calidad; y ha dejado de ser un instrumento válido para la integración social de todos sus ciudadanos. A la inadecuación de la oferta educativa por su contenido, se le agrega la baja calidad en la forma en que se brinda. Ha descendido el nivel promedio general de capacitación de maestros y profesores, y también la dedicación que prestan a su labor docente.
Esto puede ser consecuencia de que el proceso por el cual los futuros docentes seleccionan su carrera, no se realiza ya en un alto porcentaje en base a la vocación, sino como “descarte”, por ser una carrera o de menos años de estudio o con menores dificultades académicas o por la ubicación accesible de los locales físicos de las instituciones que brindan dicha capacitación.
A esto debe sumarse que en muchos casos, jóvenes de muy buen nivel cultural e intelectual, desalentados por magros sueldos, o por dificultades operativas crecientes en el ejercicio de la profesión, como el ambiente hostil y falto de seguridad en que debe desempeñarse el docente, opten por otras carreras profesionales, a pesar de su vocación docente.
Se pierden muchos de los más aptos, desde el punto de vista intelectual y cultural; se ganan para la docencia muchos que no desean esforzarse demasiado, por lo cual, un porcentaje importante del cuerpo docente, no posee la “excelencia” necesaria para brindar un servicio educativo de calidad, ni en la preparación académica, ni en la aptitud y dedicación para la docencia.
La escuela primaria, el liceo, la escuela técnica, no son ya agentes eficaces de integración social, han sufrido una pérdida de valores educativos que no le permiten formar ciudadanos capaces de convivir pacíficamente, y en un ambiente social de respeto. Un indicador de que lo expuesto es así, es la situación de violencia que se ha vivido en el liceo de La Teja, que ha sido de pública notoriedad hace tan sólo 15 días.
La institución educativa está fallando en la formación del ciudadano, pero además, tampoco está logrando dotar al niño de hoy, de las herramientas y conocimientos que necesitará el hombre y la mujer del mañana, para integrarse en un mundo globalizado. No los prepara para la globalización, y el mundo tecnológico del futuro, su currículo sólo tiene un barniz de actualidad. Lo mejor que tenía el Uruguay, era su gente, como se ha dicho. En especial tenía educación que formaba un hombre flexible, adaptable a nuevas exigencias, pronto a salvar nuevos obstáculos. Todo se está perdiendo por el descenso en el nivel de sus docentes. Debemos defender y profundizar esa capacidad educativa. Pero, además, hay que considerar que el mundo ha cambiado. Hoy no alcanza con eso. Es necesario dominar el inglés, lengua internacional, lengua de la informática y de las tecnologías del futuro. Pero no sólo es necesario saber algo de inglés. Nuestros jóvenes deben ser bilingües. La escuela pública no debe enseñar inglés, debe ser bilingüe. A esto debe sumarse la informática, no la enseñanza de la informática, sino el dominio total.
Las escuelas de Tiempo Completo eran una buena idea, si efectivamente ese mayor tiempo era tiempo educativo, pero lamentablemente tienden actualmente a convertirse en una “guardería” de niños pobres y de niños marginados. Otro problema actual es que los maestros han sido ganados por un pesimismo generalizado, donde sienten que no están preparados para la tarea a desempeñar y que no cuentan con las herramientas necesarias.
A su vez los padres y los alumnos de la escuela primaria y de la enseñanza secundaria, sienten que la educación que recibirán no les servirá para ascender ni socialmente, ni económicamente, y lo que es peor, sienten que tampoco les servirá desde el punto de vista cultural. Las expectativas sobre el resultado, respecto al fruto del esfuerzo educativo en instituciones públicas, son magras o casi inexistentes, por parte de los destinatarios.
Un técnico afín al actual gobierno expresó hace unos meses: “la escuela pública actual se ha convertido en una escuela de pobres, para pobres”. Del análisis de esta aseveración surge, que por la falta de calidad de su oferta educativa, así como por la poca adecuación de ésta a las expectativas y necesidades sentidas por padres y alumnos, la escuela pública ha perdido la diversidad social y cultural de sus alumnos, ha sufrido un proceso de segmentación educativa, y con ello, ha perdido la capacidad de integración social, porque actualmente, a ella, ya casi sólo concurren, los niños de estratos socio-económicos bajos: “los pobres”; la clase media se ha ido de la escuela pública a instituciones privadas, en busca de calidad, formación en valores, educación integral, y seguridad.
Ya no contribuye a la integración social, y lo que es peor ha comenzado a colaborar en la fragmentación social: por su falta de diversidad social, por su ausencia de alumnos de otros sectores sociales, por brindarles a los niños de los estratos sociales bajos (pobres) que ya presentan carencias en sus capitales, una educación de baja calidad, que no les compensa su carencia, sino que la amplía. La baja calidad de la oferta educativa pública, y la inadecuación de ésta, cierra aún más la escasa apertura de la educación como canal de movilidad social. Pero el problema de la educación no se resuelve modificando la forma de designación de sus autoridades, o creando más de 100 cargos de confianza como propone el Proyecto de Ley de Educación realizado por el actual gobierno.
Propuestas para la acción.
Nuestra propuesta no desea permanecer en la mera crítica, sino que desea aportar ideas en busca de soluciones.
Todo modelo educativo a desarrollar o reformar, debe tener como marco de referencia, el ideal de hombre que se desea formar o desarrollar. Deseamos formar hombres y mujeres de “pensamiento y acción”, que piensen en forma reflexiva y con independencia de criterio, no en base a “slogans”, formados en valores que los capaciten para la vida en sociedad, ciudadanos respetuosos del que piensa diferente, en fin, respetuosos del “otro”, que desarrollen “una mente sana en un cuerpo sano”; pero que cuenten, además, con herramientas intelectuales para adaptarse no sólo a la sociedad uruguaya, sino al mundo del futuro, no que apenas conozcan, que dominen la informática y el inglés, pero que sobre todo estén dotados de una actitud positiva, optimista y emprendedora, que les permita pasar del pensamiento a la acción, y mirar al futuro con la expectativa de su conquista.
En ese sentido, proponemos:
Reestructurar la institución educativa para que vuelva a ser un instrumento válido de integración social y cultural, donde los valores de respeto y solidaridad sean los puntales del quehacer educativo. Una institución de puertas abiertas no sólo a los alumnos, sino a los padres, a los vecinos, a los ex -alumnos, en fin, a la comunidad; y no sólo de 8 a 17 horas, sino que vuelva a ser, la biblioteca, el club deportivo, la sala de cine y teatro, el centro social y cultural, el centro de prevención de la salud, coordinando estas acciones con otros organismos del Estado. Varios modelos exitosos de escuelas públicas en el mundo integran a los padres, al barrio, a los hijos y a la seguridad. Sólo así han venido obteniendo respuestas inimaginables. Podría pensarse en algo así.
Recrear la vieja escuela vareliana, donde ricos y pobres, religiosos y ateos, se sentaban juntos en el mismo banco, atrayendo nuevamente a las instituciones públicas a los hijos de sectores sociales medios y altos, para lo que es imprescindible una oferta educativa de calidad, en un clima de respeto. Si la oferta educativa es mediocre, las clases medias sacan recursos donde no existen y envían a sus hijos a escuelas privadas. Quebrar esta lógica es el desafío a asumir.
3. Combatir la deserción y repetición liceal, así como la violencia actual que hay en las instituciones educativas, mediante una atención integral, no sólo educativa, sino que atienda además, otros aspectos sociales como la alimentación, la educación en valores, la recreación, la sociabilidad. En este sentido, proponemos: a) extender el servicio de alimentación que se brinda actualmente hasta 6to año de escuela, hasta 3er año del Ciclo Básico de Educación Secundaria, en las zonas que lo necesiten, b) desarrollar en todas las instituciones educativas una educación integral, donde la educación física y el deporte ocupen un lugar preponderante, en forma diaria, cotidiana. c) trabajar el tema de la violencia, la seguridad y el respeto, ya sea la violencia familiar, o la que se desarrolla en los locales educativos, mediante el apoyo de equipos interdisciplinarios de técnicos radicados en los locales educativos, situados en zonas de riesgo social, y con el apoyo interinstitucional, en coordinación con otros organismos del Estado, así como otros actores sociales como las ONG.
Atraer a los ciudadanos mejor capacitados a la carrera docente, para lo que es necesario mejorar sensiblemente sus remuneraciones y dotarlos de herramientas para operar con la actual realidad social, mediante la inclusión en los currículos de cursos que capaciten en temas tales como la violencia, la drogadicción, el género, la formación en valores, etc.
Desarrollar una propuesta curricular de educación integral real, mediante la incorporación de educación física, deportes, y expresión (en todas sus manifestaciones), en forma diaria, en escuelas primarias, liceos y escuelas técnicas. En la medida de lo posible, la educación física deberá estar a cargo de profesores titulados de educación física, y de no ser posible, a cargo de maestros especializados, para lo que se creará una especialización docente en educación física y artística. La educación física deberá pasar a ser una realidad diaria, con la promoción del ideal griego: “Mente sana en un cuerpo sano”. Esta propuesta tiene como objetivo no sólo convertir en una realidad la educación integral, sino favorecer el desarrollo de un cuerpo sano que propicie la salud también mental y espiritual, y que entre otras acciones combata la soledad y el suicidio adolescente, la adicción a las drogas, al tabaco, al alcohol, al sedentarismo, a la obesidad, a la ciber-adicción, ayude a combatir la violencia, y promueva la integración social, en un ámbito donde el origen económico del alumno será un factor neutro. Se coordinará acciones con Salud Pública, Educación Física y demás organismos públicos involucrados. A fin de llevar a cabo la anterior propuesta se deberá dotar de gimnasios cerrados o espacios multiusos (que permitan su utilización como gimnasio) a todos los locales que aún no cuentan con ellos, en forma progresiva.
Se propone, además, en esta dirección crear: escuelas primarias de Tiempo Educativo Extendido, y Atención Integral. Obsérvese que no se expresa Escuelas de Tiempo completo, sino de Tiempo Educativo Extendido, queriendo diferenciar la mera permanencia en la escuela, con una oferta educativa más completa y brindada en un horario mayor. Las escuelas que se incorporen a este proyecto, estarán abiertas a los padres y alumnos entre las 7 y 30 y las 20 horas. Pero el currículo oficial se prestará entre las 9 de la mañana y las 17 horas. En horario central se enseñará el currículo obligatorio, tradicional, al que se adicionará: informática, inglés, educación física y expresión artística, y en horario periférico (antes de la hora oficial obligatoria de entrada, y luego de la hora de salida oficial), la escuela ofrecerá en forma opcional para los padres que así lo elijan para sus hijos, servicios de deberes vigilados, y actividades deportivas y artísticas.
Escuelas, Liceos y Escuelas Técnicas “trilingues”. El Uruguay necesita insertarse en el mundo pero en condiciones ventajosas, para eso es imprescindible que todos los uruguayos dominen las dos formas internacionales de comunicación en el mundo actual: informática e inglés. Estas dos formas de comunicarse deben comenzar a enseñarse en la escuela, pero no como algo accesorio o complementario, sino con el énfasis necesario para convertir a nuestros niños y jóvenes en “trilingues”: castellano (idioma español), inglés e informática (si bien “stricto sensu” la informática no es un lenguaje). Pero para eso es indispensable la formación urgente de más docentes de informática y de inglés, así como ampliar las aulas de informática a todas las escuelas, y ampliar el horario de los servicios educativos.
Escuelas Integradoras. Las escuelas y liceos deberán favorecer la integración social para lo cual: a) deberán recibir alumnos de distintos barrios, b) a fin de usufructuar la oferta locativa que hay desaprovechada en locales céntricos, se ofrecerá transporte escolar gratuito desde barrios cercanos que no posean capacidad locativa ociosa, de manera de integrar alumnos de diferentes barrios, c) los locales nuevos que se construyan se harán en la frontera entre los distintos barrios y de ninguna manera se construirán locales educativos “interiores” a determinadas comunidades, procurando combatir la endogamia socio-cultural de sectores sociales con necesidades básicas insatisfechas.
Crear instituciones educativas seguras. Las instituciones educativas deben ser un lugar seguro, donde los padres y jóvenes no sólo sientan seguridad y tranquilidad, sino que, además, se sientan en un ambiente acogedor, un segundo hogar. Lo que está sucediendo en Liceos de La Teja, Nuevo París, Cerro, no puede repetirse, y los derechos de los alumnos que concurren a estudiar y no a desarrollar conductas marginales, deben ser protegidos. Para esto los docentes enfatizarán la educación en valores; además se establecerán equipos multidisciplinarios en esas zonas críticas, para que trabajen en el tema, y se ajustará el marco normativo y de cooperación con otros organismos del Estado, como el INAU, el Poder Judicial, etc.
Jerarquizar la carrera docente mediante la educación permanente de los docentes, continuando el proceso de creación de una Universidad Pedagógica, y la realización de postgrados: Maestrías, Doctorados, Especializaciones, y actualizaciones, etc. La capacitación de los docentes se premiará con diferencias en la remuneración, a mayor capacitación formal y sistemática adquirida, el docente recibirá una remuneración mayor, para estimular de esa manera el esfuerzo del docente y premiar el mismo. De esta forma se establecerá el viejo principio “artiguista” del mérito.
Incorporar en los planes educativos, que la educación intelectual deberá enfatizar tres áreas (sin desmerecer las demás): la capacidad de reflexión y adaptación a nuevas circunstancias, el dominio del inglés, de manera que sean bilingües, y el dominio de la informática. A esto se debe agregar, para desarrollar un hombre pleno, una educación en valores, que forme un ciudadano respetuoso, íntegro, solidario, optimista, emprendedor y orgulloso de ser uruguayo, y recogiendo el principio educativo de la educación integral, una educación física y artística.